Cómo motivar a los empleados con juegos

No es de extrañar que un empleado que hace el mismo trabajo cada día acabe aburriéndose, especialmente si su labor no representa ningún desafío para él. La mayor parte de las veces, la forma de sentirse de una persona se refleja en su trabajo y, si los trabajadores no se sienten motivados para hacer una buena faena, por lo general, no serán todo lo productivos que podrían ser. Llamarán para decir que están enfermos con frecuencia, se escaparán antes de la hora si tienen la oportunidad y la rotación de personal será bastante alta. Aunque un aumento de sueldo siempre es bien recibido, no suele funcionar bien como agente motivador. Es frecuente que las empresas descubran que obtienen mejores resultados con incentivos no monetarios, como, por ejemplo, la puesta en marcha de juegos que consigan que los empleados trabajen por un fin común.

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Crea algún reto para recompensar a tus empleados por los mejores resultados dentro de cada departamento. No establezcas los juegos de forma que los trabajadores de un mismo departamento acaben compitiendo entre ellos, porque hacerlo así traería más problemas que soluciones. En lugar de eso, fija una meta para cada una de las áreas de la empresa y ofrece un premio al primer equipo que consiga alcanzar su objetivo. Uno de estos objetivos podría ser, por ejemplo, una determinada cantidad de ventas semanales o un número específico de elementos manufacturados sin defectos. Puedes establecer una competición entre los distintos departamentos, siendo declarado vencedor el primer grupo que logre alcanzar su meta, o hacer que todos los grupos compitan contra reloj, cumpliendo un objetivo previamente establecido al acabar la semana, lo que permitiría que varios grupos pudieran ganar al mismo tiempo.

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Establece unas normas claras para los juegos y celebra una reunión para hablar de ellas con tus empleados. Explícales con detalle en qué consiste el juego y cuáles son las reglas y las recompensas. Ofréceles un tiempo para hacer preguntas y para sugerir cualquier cambio que consideren útil. Si los haces participar en la elaboración de los juegos, se sentirán más implicados en el proceso y es probable que aumente el nivel de participación.

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Fija una recompensa por cumplir el reto solicitado que se aplique a todos los componentes del equipo ganador por igual, sean cuales sean sus resultados a nivel individual. De esta forma se podrá hacer del grupo un equipo y no se dará un trato especial a nadie por razón alguna. No es necesario que pagues a los ganadores por el éxito obtenido; en lugar de eso, ofréceles algo fuera de lo común, como la oportunidad de irse a casa antes algún día sin que eso suponga una rebaja en el sueldo, alguna fiesta en el trabajo para almorzar pizza o una camiseta de la empresa.

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Busca otras formas de desafiar y recompensar a tus empleados, basándote siempre en el trabajo de equipo y no en los éxitos individuales. Por ejemplo, los integrantes del departamento de atención al cliente podrían ser recompensados en conjunto con algún pequeño regalo cada vez que uno de ellos fuera elogiado por un cliente.

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Celebra un comida de empresa al aire libre para sacar a tus empleados de la oficina y ofrecerles la oportunidad de participar en actividades de equipo, como, por ejemplo, hacer esculturas de malvaviscos con palillos pudiendo utilizar cada miembro del equipo una sola mano. Salir de la oficina servirá para que los empleados puedan romper con viejas actitudes y, además, es probable que la diversión se prolongue más allá del evento. La planificación de actividades diversas servirá para construir un espíritu y cimentar la camaradería.