Técnicas para decirle a un empleado que habla demasiado

Un empleado hablador en una gran corporación probablemente interrumpirá el trabajo de los pocos compañeros en una sola división. En un negocio pequeño, un trabajador demasiado hablador tiene el potencial de interrumpir en gran medida las operaciones de toda la compañía. Hablar en exceso es una forma de "presentismo" en el que un empleado, aunque está presente, realmente no está trabajando. Para evitar desperdiciar tiempo y perder productividad por un empleado hablador, los gerentes de negocios pequeños deben solucionar el problema rápida y efectivamente.

Escenario

No confrontes al empleado frente a sus compañeros. En su lugar, elige una ubicación silenciosa en la que no sean interrumpidos y planea suficiente tiempo como para tener una buena conversación sobre el problema. Si el empleado está hablando demasiado durante la reunión, establece algunas reglas, como evitar que te interrumpa cuando hablas, para permitirte cubrir todos los puntos importantes. Deja que el empleado explique su lado de la historia.

Objetividad y juicio

Permanece objetivo. No discutas al defecto del empleado como una característica personal con declaraciones como "Eres demasiado hablador". El empleado no escuchará si se siente atacado de forma personal. En vez de eso, concéntrate en el comportamiento y en la razón por la que es una preocupación. Reconoce que hablar con moderación ayuda fomentar el trabajo en equipo y la moral, pero advierte que un empleado que hable demasiado puede ser una distracción. Permanece neutral para impulsar al empleado a abrirse y discutir cuál puede ser el problema subyacente. Hablar en exceso algunas veces puede ser una señal de algo mucho más problemático, como un problema de abuso de sustancias.

Impacto en el lugar de trabajo

Discute el impacto que hablar tiene en el lugar de trabajo. Ayuda al empleado a entender por qué hablar es un problema. Ocasionalmente, un empleado dirá que hablar no afecta su habilidad para realizar su trabajo. Infórmale que incluso si hablar no afecta su productividad, no todo el mundo puede hacer varias cosas a la vez y hablar con otros reduce su productividad y eficiencia. Discute sobre la percepción de hablar. Por ejemplo, explica que los clientes esperando en la fila pueden creer que los empleados que hablan no están concentrados en el servicio al cliente ni están reduciendo el tiempo de espera. Discute el profesionalismo y explica que hablar de forma excesiva puede hacer que sus compañeros, supervisores, subordinados y clientes perciban que el empleado elude el trabajo y no se esfuerza lo suficiente, sin importar si esto es acertado o no.

Moviéndose hacia adelante

Pídele al empleado que sugiera formas de frenar su comportamiento hablador en el lugar de trabajo. Define algunas metas y soluciones con las que los dos estén de acuerdo. Por ejemplo, el empleado puede esperar al descanso para hablar sobre problemas personales con sus amigos. Desarrolla un plan de mejora de desempeño que incluya a estas metas. Identifica las oportunidades específicas en las que el empleado puede usar su habladuría natural para beneficiar a la organización, como dirigir un comité social. Establece una hora para revisar el plan y hablar con el empleado sobre cualquier dificultad que haya experimentado al cumplir sus metas. Informa al empleado que si este comportamiento problemático continúa, el resultado será una disciplina más formal.