Las cuatro etapas de un proyecto

Cualquier proyecto, desde un nuevo emprendimiento comercial hasta la construcción de un inmueble, se lleva a cabo en etapas. La cantidad de etapas de un proyecto depende del tipo de emprendimiento en cuestión y las técnicas de gestión empleadas; a su vez, las etapas pueden implicar de cuatro a seis pasos. Estos pasos se pueden agrupar en cuatro etapas que consisten en: iniciación y planificación, ejecución, seguimiento y control y finalización.

Iniciación y planificación

Esta etapa a menudo se divide en dos: por un lado la iniciación y por otro lado la planificación. La primera implica los esbozos del presupuesto, el tiempo necesario para la concreción del proyecto y el objetivo general del mismo. Esta etapa es fundamental para disponer del objetivo del proyecto. En resumen, es la formalización de la idea principal del proyecto. La etapa de planificación indaga en más detalles. Los administradores tendrán en cuenta los pasos y las tareas específicas que se necesitan para la concreción del proyecto. Todos los pasos y tareas tendrán su costo y tiempo estimados. Aunque estas apreciaciones no deben ser del todo exactas, brindan una idea general acerca de la viabilidad del proyecto y el tiempo necesario para su concreción.

Ejecución

La etapa de ejecución es el comienzo real de la implementación del proyecto. Aquí entra en juego una administración estricta del presupuesto, ya que la etapa de planificación del proyecto ha concluido y ahora está en marcha. Los administradores deberán estar constantemente informados acerca de los progresos, ya que deben tener plena conciencia acerca del modo en que se concreta el proyecto. Por esta razón, los administradores estarán en constante comunicación con sus empleados, no solo recibiendo información actualizada sino también estando al tanto de los problemas que obstaculizan el proyecto. En esta etapa los administradores también deben estar en permanente contacto con sus clientes, ya que durante la fase de ejecución los inversores pueden estar preocupados sobre el desarrollo del mismo.

Seguimiento y control del proyecto

La tercera etapa a menudo se superpone con la segunda. Específicamente, el seguimiento y el control del proyecto implican que los administradores deben garantizar el cumplimiento a tiempo de las tareas y que se respeten los presupuestos asignados. La mayoría de los proyectos se verán obstaculizados por algún inconveniente, que debe ser solucionado en esta etapa. El administrador garantizará que el proyecto se remita al plan original.

Finalización del proyecto

Independientemente de la cantidad de etapas, la finalización es siempre la última de todas. Esta etapa implica dos elementos. El primero es hacer un informe sobre los detalles del desenvolvimiento del proyecto a lo largo de las tres etapas anteriores. El informe analizará los objetivos iniciales del proyecto en comparación con su estado actual e identificará los problemas que se presentaron a lo largo del camino y las medidas que se tomaron para abordarlos. El segundo elemento de esta etapa es la evaluación del proyecto, que tiene lugar en una reunión donde los miembros del equipo pueden establecer sus propios aportes más allá de la implementación del mismo.