¿Cuáles son los pros y las contras de la actitud de un empleado en el trabajo?

Las actitudes de tus empleados tienen el potencial de mejorar o derrumbar tu empresa. La actitud consiste en un buen rendimiento, eficiencia y servicio atento al cliente. Una moral alta conducirá a tu personal a hacer todo lo posible, yendo más allá del mínimo requerido por tus descripciones de trabajo. Las malas actitudes de los empleados tienen consecuencias tangibles e intangibles, lo que lleva a un trabajo de mala calidad, así como un clima de malestar y tensión.

Actitud y rendimiento

Las desventajas de las malas actitudes de los empleados son la falta de interés y la pasión, así como una falta de voluntad para trabajar con más fuerza de la necesaria.

Una buena actitud es una ventaja cuando se trata del rendimiento de los empleados. Comprometidos, los trabajadores satisfechos son más atentos que los empleados descontentos, y se involucran más con los resultados de su trabajo. Los empleados con buenas actitudes tienden a seguir adelante con las estrategias de resolución de problemas, en lugar de abandonar una tarea si no genera resultados inmediatos. Las desventajas de las malas actitudes de los empleados son la falta de interés y pasión, así como una falta de voluntad para trabajar con más fuerza de la necesaria.

La actitud y la integridad

Los mejores gerentes inspiran a sus empleados a ascender a nuevas alturas en su carrera.

Los empleados con buenas actitudes tienden a mostrar integridad en su trabajo. Se acercan a sus puestos de trabajo con honestidad y es poco probable que roben dinero o algo del inventario, mientan respecto a las horas trabajadas o reporten tareas incompletas como completas. Un empleado con una buena actitud va a ser honesto contigo acerca de los errores que tienen el potencial de hacer daño a tu empresa, como la rotura de una pieza de equipo sin intención. Por el contrario, un empleado con una mala actitud podría tratar de ocultar sus huellas, costándote más dinero en el futuro.

El efecto dominó

Los estilistas de moda trabajan con clientes de todos los estilos de vida.

Tanto los pros como las contras de las actitudes de los empleados tienen un efecto dominó, que influyen en las actitudes de los compañeros de trabajo. Las buenas actitudes son contagiosas, y los empleados con la moral alta elevarán los estados de ánimo de tu equipo e incluso de tus supervisores. Los empleados con malas actitudes tienen un profundo impacto en la moral de la empresa. Su queja puede arrastrar hacia abajo la moral de los compañeros de trabajo y su desempeño mediocre suele provocar estrés en los compañeros de trabajo que tienen que hacerse cargo del trabajo sin hacer.

Servicio al cliente

Un empleado con una buena actitud es siempre un profesional en el ámbito de la atención al cliente.

Un empleado con una buena actitud es siempre un profesional en el ámbito de la atención al cliente. Si los empleados que representan a tu empresa proyectan una moral positiva, entonces los clientes que disfrutan de tus productos y servicios serán tratados bien. Un empleado con una buena actitud es más probable que haga todo lo posible para dar al cliente lo que necesita. La buena actitud de tus empleados también le hace bien a tu compañía, pues indica que tu negocio es un lugar positivo para trabajar. Por el contrario, un empleado con una mala actitud es probable que aleje a los clientes, e incluso proyecte la impresión de que tratas a tu personal de mala manera.