Cómo lidiar con un empleado que habla sobre otros empleados

Un empleado que esparce rumores tiene el poder de actuar como un cáncer invencible en el lugar de trabajo. Los chismes impactan a todos, desde el más tímido en el escritorio del rincón hasta los miembros de la gerencia. Es imperativo confrontar este comportamiento rápidamente, antes de que interfiera con la productividad o destruya la moral de los empleados. Aunque puede no ser fácil, confrontar a los rumores en el lugar de trabajo se puede implementar con tacto y eficientemente, a menudo sin que nadie pierda su lugar en la empresa.

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Comunica las políticas de la empresa y los cambios a los empleados tan pronto como éstos ocurran. Kim Harrison, principal autora del sitio web Cutting Edge PR, fomenta que el departamento de recueros humanos use medidas preventivas. Al desorganizar los rumores antes de que éstos comiencen, muchas veces como resultado de la percepción de una persona o de los cambios de rutina, los chismes infundados serán frustrados.

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Publica un memorando que detalle los protocolos en la oficina. Deja en claro que los empleados están sujetos a un estándar que deje poco lugar para los rumores. Fomenta que los empleados hagan oídos sordos a semejante comportamiento. De ser necesario, organiza una reunión y remarca estos puntos a todos los miembros del personal.

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Fomenta el diálogo abierto entre los miembros del personal y el departamento de recursos humanos, de modo que aquellos afectados por los rumores, o los que quieran proteger a los demás en estas situaciones se sientan libres de hacerlo sin arriesgar la seguridad laboral. Hacer que las personas comuniquen libremente sus preocupaciones respecto de los rumores hacen que hallar al culpable sea más sencillo, mientras que también alivia los miedos generados por la mala información.

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Confronta los rumores en la oficina de inmediato. Haz saber que estás consciente de ese tipo de comportamiento que resulta en charlatanería improductiva, antes de que se te escape de las manos. Para muchos, se trata sólo de un mal hábito, y confrontarlo puede generar vergüenza suficiente para evitarlo sin mayores consecuencias.

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Reprime a los que generan rumores negativos. Cuando tu desaprobación no es suficiente para disuadir los chismes, es tiempo de tomar acciones más enérgicas. Informa al culpable que sabes de sus acciones y firma un reporte escrito detallando su falta de criterio y conducta insatisfactoria, advirtiéndole explícitamente que la continuidad de dichas acciones pueden resultar en suspensiones o incluso un despido.

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Recompensa los buenos modales. Cuando hay dos facciones respecto de un rumor en la oficina, premia a aquellos que se niegan a participar del chusmerío. Establece claramente que los miembros del personal con una actitud positiva serán recompensados, inspirando a los demás a copiar su accionar.